Parece haber un consenso general en lo que se refiere a la petición de rescate por parte del Gobierno: debería pedirse el rescate lo antes posible, ya que la situación hace imprescindible disponer de fondos adicionales en el muy corto plazo. Hay que tener presente, por otra parte, que esta situación es conocida por las autoridades, y que es probable que la demora de la petición se deba a consideraciones tácticas, es decir, al deseo de obtener la ayuda con un mínimo de servidumbres adicionales. Dicho de otro modo, el Gobierno debe tener sus razones, y, sin conocerlas, quizá sea imprudencia sumarse al coro general, que no hay que suponer sea desinteresado.
Alfred Pastor