En este Policy Brief, europeG analiza dónde se sitúan los desequilibrios de deuda tras la pandemia, los efectos de la inflación, la respuesta del Banco Central Europeo (BCE) y si pueden considerarse o no superados estos desequilibrios. El grupo de reflexión concluye que, al igual que los últimos años y más allá de 2024, será necesario invertir a largo plazo en los factores que contribuyen al crecimiento de la productividad para asegurar el crecimiento y evitar el deterioro de las finanzas públicas por el envejecimiento de la población, dada la reducción del apoyo del BCE, la bajada de la inflación, el menor soporte de fondos europeos extraordinarios, la necesidad de reducir el elevado endeudamiento público, los todavía preocupantes niveles de deuda privada y exterior o las dificultades de crecimiento de la UEM. En concreto, resalta la necesidad de invertir en capital humano, investigación, innovación y desarrollo e infraestructuras. A su parecer, tras una década y media de reajuste de los excesos de los primeros 2000, y tras la sustancial modificación en los mecanismos de apoyo de la economía española, estas recetas no pueden posponerse.