El economista de EuropeG Emilio Ontiverospublicó el pasado fin de semana un artículo en El País titulado “La unión bancaria, en marcha“.

En él, Ontiveros adelanta las principales conclusiones de nuestro Policy Brief Nº 6 sobre el reciente proceso de unión bancaria que ha comenzado en Europa. Presenta este hito como una de escasas consecuencias positivas de la crisis financiera, en la medida que supone un importante avance en el “perfeccionamiento de la integración europea”.

También destaca que la intervención europea para salvar la crisis financiera en España ha sido determinante para poner en marcha la unión bancaria. En aquel proceso, los líderes europeo tomaron conciencia de la necesidad de tener un mecanismo ágil para actuar en caso de problemas y unos bancos con una capitalización consistente.

Por otro lado, Ontiveros recoge algunas de las conclusiones del informe de Europe G cuando apunta que este hito europeo servirá para fortalecer la credibilidad de los bancos y acabar con el sesgo nacional en las políticas financieros. Eso sí, siempre y cuando el Banco Central Europeo esté a la altura de la celeridad de acción que implican sus nuevas responsabilidades.
No se olvida Ontiveros de destacar las piedras en el camino que tendrá este reto europeo. Y es que, la principal consecuencia de la unión bancaria que debería ser la normalización crediticia no parece que vaya a llegar en breve.

Por un lado, porque familias y empresas todavía mantienen unos ratios de endeudamiento demasiado elevados. Y por otro, porque el proceso ha derivado, sobre todo en España, en una excesiva concentración del sector bancario que hace peligrar la competencia.De hecho, los grandes retos a los que se enfrentan ahora los países de la unión monetaria son precisamente esos: velar por una competencia variada y sana en el sector financiero e incrementar la inversión pública para activar el crecimiento económico.